domingo, 19 de febrero de 2012

CRISIS, LA NUESTRA (EL TENERIFE CHAPTER)






La crisis en que vivimos nunca fue sólo económica.


Desde que estallaron las desavenencias económicas en el mundo occidental, en los últimos siete años mas o menos, muchos de los mortales, nos hemos ido dando cuenta que no éramos tan ricos, que quizás no teníamos que haber hecho muchas cosas, y que a lo mejor, lo que realmente éramos y no queríamos asumirlo, era ni mas ni menos, una fauna nueva de pobres con falta de humildad, y con escasez de dedicación a la cultura y a los pocos amigos que todos solemos tener.

Estos traumas, nuevos en el horizonte de aquellos aparentes ricos, pequeños empresarios o trabajadores bien asalariados, han venido calando a través de la piel de nuestros cuerpos, de donde se han ido nutriendo nuestra células con dirección a nuestro mal aprovechado cerebro.

Como todo el mundo de nuestro club sabe, en mi chaleco luzco un parche que creo sólo lo destaco yo, en el que dice “Brothers forever”. No lo llevo por idiotez, no. Todo y que se trata de un parche que llevaban los soldados de la 101 división US en Vietnam, para mí tiene una importancia mas allá de lo que mas de uno sería capaz de entender. Y eso, no se mal interprete, creo que hasta ahora, con todos los colegas del chapter que lo he compartido, sigo siendo portador con mi absoluta inteligencia y con mi absoluta humildad.

En el momento que me lo pegue, el parche antes mencionado, me estaba diciendo a mi mismo que con todos los colegas que lo compartía y lo presumía, eran mis hermanos no de sangre, pero si de emociones, de vivencias, de alegrías, y porque no de tristezas, aunque éstas hasta hace poco realmente han sido las menos.

Lo he llevado callado, en silencio, y sin presumirlo. Pero queridos, cada uno es cada uno, y yo personalmente cuando os dejo de camino a casa, al hogar que afortunadamente todos tenemos de momento, y unos minutos antes de atravesar la frontera del garaje, hago un minuto de reflexión y me nutro de lo bueno que he vivido en las anteriores 4 o cinco horas, o en su caso en el fin de semana, o en la fiesta que acabo de compartir con vosotros.

Alguno de vosotros puede pensar lo imbécil que soy contado lo que estoy escribiendo, pero llegado a un punto, y a mi edad, ya no me importa el que dirán, porque bien es cierto, que antes cuidaba que los demás no hablaran mal de mí, y entonces me portaba como los demás querían, y mi conciencia me censuraba.

No me gustaría pensar que alguno de los Brothers del Chapter no me entiende lo que estoy diciendo, porque estoy convencido que lo habéis vivido igual o tal vez mejor y con mas intensidad que yo. Pero cada cual es cada cual y cada uno de nosotros necesita una dosis mas grande o mas pequeña de camaradería, en resumen de hermandad.

Cualquiera de nosotros somos muy libres de pensar, que el grupo que queríamos no era ni mas ni menos que una “panda” de amigos donde salir de excursión los domingos, beber cerveza, y comer costillas con papas. Pero afortunadamente, creo que la mayoría entendimos lo que significa compartir las pocas horas que reservamos para nosotros, después de unas jornadas laborales (el que las tenga) de la pasada semana, y de donde llegamos cansados y muchas veces quemados.

Un club, que del anglosajón significa: “Sociedad fundada por un grupo de personas con intereses comunes y dedicada a actividades de distinta especie, principalmente recreativas, deportivas o culturales” está determinado por lo que nosotros queremos y hemos decidido plantearnos hacer. Y nuestro club, nuestro chapter, es el foro ideal, donde debe reinar la igualdad, la libertad y la fraternidad.

De la igualdad, diré que en los años que vengo siendo miembro de nuestro Tenerife Chapter, a nadie se le ha tratado con indiferencia, ni con menosprecio, ni con mala intención. No negaré que en algunos corrillos de los mas allegados, me he reído de anécdotas y cuentos de cualquiera de nuestros “Brothers”, pero a continuación se le ha hecho participe de la misma broma, y siempre el mencionado se ha reído con los demás.

De la fraternidad, que viene a ser el afecto de hermanos con que se tratan algunas personas sin serlo, puedo decir que siempre he visto que ha imperado en nuestro club, y que todos mas que yo, habéis realizado actos de verdadera hermandad hacia otros de los miembros del club, actos o favores que os han sido pedidos, o que tal vez habiéndote enterado, le has salido por delante al necesitado y has cumplido con una buena obra de fraternidad. O no es así?

Pero de la libertad, hay de la libertad. La libertad es quizás el oficio paradójicamente menos ejercido por todos nosotros, o mejor dicho, por algunos Brothers que por falta de costumbre o porque no han creído en ella, no la han ejercido en el momento oportuno.

La libertad es la mas difícil de aplicar, no de entender, porque todos somos maestros de ese paradigma y al mismo tiempo, somos ineptos a la hora de admitirla y de ejercerla.
Es difícil de aplicar especialmente cuando se comparte con una o mas personas, porque la nuestra, nuestra libertad, nos dicen empieza cuando comienza la del que tenemos enfrente, y eso a veces es muy serio y complicado. Pero está ahí, libre para el que la quiera, y preciosa para compartirla.

Cuando no somos capaces de ejercer nuestra propia libertad, no sólo nos estamos haciendo daño a nosotros mismos, que es lo que parece, no! antes al contrario, a quien estamos haciendo mas daño es a todos los demás, a los que esperamos que reacciones, porque tu a lo mejor tienes las ideas mas claras para exponer el problema y también la solución, y si te callas a los que no estamos en la vanguardia de algún problema jamás lo entenderemos. Y con eso podemos callar y agachar la cabeza pasando a ser del grupo de los “sin opinión”, o empezamos a protestar, levantar la voz en momentos innecesarios y lo que es lo peor, hablar y crucificar por detrás a este o aquel otro “brother”.

Creo que lo he dejado bastante claro, y perdonadme mi inmodesta vanidad, pero tocan momentos de hablar, y no quiero cortarme, aunque si seré educado como casi siempre lo soy.

En el momento de la renovación, yo ya me he manifestado que a mi me gustaría que todos los que somos renovaran el año con el Chapter, para que esconderme?, pero obviamente, lo que yo pienso y deseo y lo que será tal vez y por lo visto es muy diferente.

Creo que siendo respetuoso con las decisiones de todos, no me cabe otra, todo esto me está produciendo un especial mal humor.

Creo que la dirección, Brothers a los que hemos avalado con nuestros votos, con los de la mayoría aplastante, en la elección mas digna democráticamente hablando, ha encauzado con esmero y dignidad todas sus facetas. Con errores y con aciertos, con errores que cuando ha sido necesario se han comentado directamente y sin mala fe, solo para que en lo sucesivo se intente corregir.

Creo que si fuera el caso, y hubiera un gran desacierto por parte de la junta que nos representa, y al mismo tiempo hubiera una corriente de opinión distinta a la de los representantes habría que hacerla valer desde dentro del sistema, desde dentro de nuestra maquinaria, nunca desde fuera, y al mismo tiempo quedarse y luchar por los ideales, o ideas que tal vez siendo mejores que la de los colegas directores no están siendo atendidas como merecieran.

Pero luchar significa, hacerlo por tus ideas, hacerlo por la de todo el grupo, hacerlo por la colectividad a la que pertenecemos, por la democracia, que en todo momento ha funcionado, y si se trata de algo urgente, hay mecanismos como la asamblea extraordinaria y se puede solicitar con antelación.

Si os vais, los que os marchéis, acordaros que nos estáis dejando desprotegidos a los que nos quedamos de vuestra sabiduría, de vuestro saber hacer, de vuestra tenacidad y como dije de vuestra LIBERTAD.

A mi ahora, queridos BROTHERS, no me valen monsergas, estupideces y niñerías, de: “nos veremos en la carretera”, “no te olvidaré”, “siempre me tendrás” y mas etcc.. pues claro que todo eso, sólo faltaba que no nos viéramos en la carretera.

Mucha falta de cariño es lo que veo, mucha falta de amor, mucha falta de carantoñas. Tengamos salud, tengamos fuerza, y sobre todo UNION.

A veces todas estas cosas, me van recordando al jardín de la política, donde cuando uno no puede luchar, o no sabe, abandona el partido y funda otro que se le acomode a su culo y poderse sentar en el sillón.

Para finalizar y este es mi modesto entender, creo que la gente está tan acostumbrada a ser infeliz, que la sensación de felicidad le resulta sospechosa.

Quizás, solamente teníamos que ser HUMANOS.

sábado, 4 de febrero de 2012

LOS CULPABLES

Queridos amigos y lectores todos, (unos cuatro o cinco):

Sin pedirle permiso a mi buen amigo Josep Franco, le he traducido al español lo de mas abajo.
Con el título "Los culpables", Josep desde el periodico "Levante" de València, nos dice muy claramente quienes son los culpables de todo. Pero también nos dice quienes son los acusadores de esos culpables.
Al mismo tiempo me demuestra que ya se ha terminado el último de Umberto Eco, yo aún voy por la mitad, poco mas o menos.
Si a mi amigo no le gusta la traducción que le he hecho, lo siento, pago próxima comida. Bueno, lo dejamos en par de copas. Por si nos acusan de comer.

Si alguien quiere leer el artículo original no tiene mas que pinchar aquí:

http://www.linformatiu.com/opinio/detalle/articulo/els-culpables/





Desde la noche de los tiempos, cuando el poder se siente amenazado, la reacción más inmediata es buscar un culpable. O, mejor dicho, cuando las minorías instaladas en el poder corren el riesgo de perder sus privilegios, necesitan señalar un enemigo capaz de generar la esperanza de una victoria entre los súbditos descontentos.

La historia nos enseña que todos los desastres que han trastornado la humanidad tienen un culpable. Los judíos se llevan la palma, por supuesto; pero los herejes humanistas o los moriscos valencianos también ocupan un lugar de honor en la lista de víctimas propicias.

Franco y sus secuaces culpaban a los masones y los comunistas de los males que carcomían los fundamentos de la patria.

Sin salir de casa, durante la Batalla de Valencia, cuando el difunto Manuel Fraga –muchos años por delante de nosotros que vaya!– mandaba de las calles, los culpables de todas las desgracias de los valencianos, para resumir, éramos los catalanistas.

Y en el siglo actual, los intentos de culpar a los musulmanes de todos los males que afectan al planeta son bien recientes, aunque la memoria popular es frágil y, ahora mismo, recuerda más las “primaveras árabes” que no los terroristas que se escondían en cuevas remotas.

Ahora, cuando el sistema nota que el agua le llega al cuello, los detectores de culpables señalan a los funcionarios. No a los acaparadores de capital, ni a los gestores que han mal gastado el dinero de todos, ni a los defraudadores que han minado los fundamentos de los servicios públicos.

Hay que castigar a los maestros, los médicos, los investigadores, los farmacéuticos, a los enterradores, los guardias civiles, los bomberos, los auxiliares de enfermería, los asistentes sociales, los bibliotecarios, los abogados de oficio...

Justamente los únicos que, cuando era habitual vivir “por encima de nuestras posibilidades”, nunca hemos cobrado ni un céntimo en negro y siempre hemos pagado religiosamente nuestros impuestos.

Los únicos que, de una manera más o menos consciente, nos encargamos de perpetuar o defender los valores que se supone que caracterizan las sociedades avanzadas y democráticas: la aplicación de la ley, la protección de los más débiles, la igualdad, el progreso, la seguridad, la salud o la educación.

Es natural, por lo tanto, que salvo las distancias que haya que salvar, los acusados recordamos el sermón famoso que pronunció el padre Martin Niemöller la Semana Santa del año 1946. Aquel que dice que cuando los nazis fueron a por los comunistas, los socialdemócratas, los sindicalistas y los judíos, él no protestó porque no era nada de todo aquello, pero que, cuando fueron a por él, ya no había nadie que pudiera protestar.

Los culpables que el poder señala ahora no tenemos tanta cohesión identitaria como los judíos –ni tanto dinero como los judíos ricos – , ni disponemos de los recursos naturales que controlan los árabes acusados de terroristas.

Sólo tenemos una arma que no nos podrán quitar nunca: nuestra dignidad, nuestra responsabilidad, nuestra convicción que nosotros sí que somos útiles a la sociedad porque enseñamos, protegemos, sanamos o enterramos a la gente que lo necesita.

Y, en cuanto que servidores públicos, somos los únicos que podemos comunicar personalmente a los súbditos indignados, que también nos acusan, que detrás de nosotros irán ellos y que una protesta, ahora, nos evitará más de un lamento en el futuro.