martes, 19 de febrero de 2008

La Vida, ¿Quién la da? ¿ Quién la quita?

Aunque no, no es muy buen día. Hoy sobre ser domingo, y “fiesta de guardar”, un día que después de tanta lluvia, de tanto frío, aquí en el lugar del planeta que mas templado puede ser el clima, parece que se ha desmoronado una de las tres patas que sostienen al ser humano.A un ser humano, amigo de sus amigos, que ha decidido no estar. Ha decidido abandonar. Arrojó la toalla. Y dijo ¡basta!Pero realmente, ¿ ha sido él, quien ha decidido cerrar la tienda de su persona, desaparecer?, o ¿han sido otras personas?,o ¿han sido las influencias de “ves tu ha saber que”? ¿Qué tendría ese hombre por la cabeza? ¿Qué parte del cerebro ha sido la que se le ha aflojado, y le ha dictado que se quitara la vida? ¿Qué pasaba por su cabeza en los últimos 3 días?, ¿en los últimos 20 días?, o ¿en los últimos 45 días? No lo sé, ni yo ni nadie sabe nada, ni puede saberlo. Tal vez, ¿la persona que mas cerca de él estaba? Tampoco.Estoy seguro que ni su esposa, ni sus hijos, nadie, nadie puede saber ni hasta última hora que pasa por la cabeza de ese hombre.Hoy un hombre se ha quitado la vida.No es que era amigo mio, ni tan siquiera conocido recurrente.Era una persona que la conocí el primer día del año, y que me lo presentó un familiar mío, y que fueron amigos en la adolescencia y en la juventud. Claro y después y mas tarde. Amigos de siempre. Aquel día, mas bien aquella tarde, tarde de resaca, tarde de muertos vivientes, puesto que el día uno de Enero siempre ha sido para mi un día de muertos vivientes. Es un día que nadie saca a debate, por ejemplo, el recalentamiento del planeta, o las actuaciones del Fondo monetario Internacional, sino como mucho, los mas tempraneros han oído a Straus, y no a Richard, o han visto saltos con esquís en la tele.Aquella pareja vino después incluso de la resaca de la comida del día uno. Ya tardecito, cuando las personas ya van tomando conciencia de que al día siguiente un año nuevo nos va a tocar la moral.Un año mas cuesta arriba, vuelta a empezar. Alguien, claro, yo se quien a mi, alguien nos pone de nuevo los contadores a cero, y nuevamente comienza una etapa mas de producción. Produce!, y da beneficios, que de lo contrario no sirves.Esta frase, no encaja igual en un joven de veinte y pocos, que en un cincuentón. No no es lo mismo.Al cincuentón ya todo es mas cuesta arriba. ¿O deberíamos de decir cuesta abajo?. No sé, de una u otra manera, un amigo, un conocido, ¿Qué mas da? Se ha quitado la vida.Yo me pregunto, ¿lo habrá decidido?, o ni habrá tenido tiempo para decidir.Yo creo que ni tiempo, ni ganas.No puede ser que si se hubiera sentado a decidirlo, o si le hubiera dedicado el tiempo necesario, tal vez no lo hubiera hecho.Imagino, incluso, si ese hombre, que parecía tan bueno, tan noble, tan desenfadado, hubiera llamado a los mejores amigos, y se hubiera reunido para dilucidar si se quitaba la vida, o no.¿Qué habría ocurrido al rato de haberse marchado los amigos?Puesto que éstos seguro lo hubieran convencido, de lo contrario no lo hubieran abandonado, ni por muy tarde que fuera. Seguro.Pero, ¿lo abandonó alguien? ¿se quedo sólo en el último momento?. Seguro.¿Cuantos hubiéramos querido estar en el último segundo para aflojar la soga.?Creo que todos, todos los que lo conocían bien, y menos bien. Era un hombre, y merecía tener soledad, y compañía. Merecía tener todo lo que quisiera.Era un hombre cincuentón.Ya había dado de sí al patrón. Ya lo había dado. Se lo había quitado como trabajador que era de su vida. Necesitaba mas calma, mas sosiego. ¿O tal vez no?, a lo mejor necesitaba mas hipocresía, mas orgullo, mas necedad para vivir en este mundo. Y él no sabía ser necio, no sabía ser orgulloso, no quería ser hipócrita.A los cincuenta, parece que uno ya lo ha hecho casi todo, pero no es cierto. Sólo lo parece.¿Pero hay que pensar?, o ¿no hay que pensarlo? Algunos a los cincuenta, se montan en una originalidad y la cabalgan, otros se dejan cabalgar por una de treinta. Ambos regresan a casa a las diez. Para cenar en familia, o con la familia, o solos. Pero regresan.Con los cincuenta se es sabio, poco o mucho, a los cincuenta se sabe mas de todo. De todo lo que no se aprende en la escuela. De todo lo que no lo enseña ningún maestro.Se sabe mas.Pero ¿Qué pasó por aquel cerebro? Ahora ya está. No pensemos, no lo pienses, ya ocurrió. Si quieres, y crees, dedícale una oración, o un minuto, uno de esos que llaman de silencio.Se la dieron, él se la quitó.El primer día del año es un día soso. El día que muere uno también.
Andreu Fos

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